Las mujeres tienen el doble de posibilidades de desarrollar depresión

Jan 23, 2023

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen factores socioeconómicos o biológicos que hacen que las mujeres tengan más riesgo de sufrir este trastorno mental

Mujer que padece síntomas asociados a la depresión. Fuente: Kat Smith 

Los cambios en el sueño, disminución en la concentración, pérdida de apetito, sentimientos de desesperanza, culpabilidad o tristeza son algunos de los síntomas de la depresión. Aproximadamente 280 millones de personas en el mundo conviven con ellos, según valora la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud de España (ENSE) las cifras por género son muy dispares y es que las mujeres son dos veces más propensas a sufrir esta dolencia mental. Esto se demuestra en los datos de prevalencia de la depresión en mujeres, que duplica a la de los hombres con un 7,1% frente a 3,5%. En los cuadros graves esta diferencia aumenta y por cada caso crítico en hombres se cuentan 3,5 en mujeres. Esta desigualdad puede deberse a factores socioeconómicos, biológicos o culturales, entre otros. 

Los factores biológicos

Conforme las mujeres avanzan en la vida, se encuentran con determinados cambios que aumentan el riesgo de padecer depresión. Una de las primeras transformaciones que viven es la pubertad, la OMS apunta que en esta etapa “clave” las jóvenes sufren cambios hormonales, empiezan a cuestionarse su sexualidad, ven cambios en su cuerpo o aumenta la presión por responder a las expectativas del sistema educativo. Ese salto de la niñez a la adolescencia se da “en una edad más temprana en las mujeres”, aumentando las posibilidades de desarrollar depresión más pronto. 

Además, tal y como enumeran diversos estudios de género, en esta etapa muchas jóvenes “empiezan a sentir” los síntomas del síndrome premenstrual (SPM) con “grandes consecuencias” a nivel emocional. Estas se “agravan” para casi un 10% de las personas que menstruan porque experimentan el llamado trastorno disfórico premenstrual (TDPM). La irritabilidad, sentimientos de desesperación, pensamientos suicidas o un estado de ánimo depresivo son a lo que se enfrentan quienes lo padecen y según sanitarios especializados en salud mental “son variables que pueden acabar por generar depresión”.

El embarazo y/o el periodo hasta que se consigue son otros de las etapas decisivas. Para los expertos en este campo, el hecho de intentar quedar embarazada y no lograrlo por problemas de esterilidad o si se sufre un aborto espotáneo “hace sentir altos niveles de frustración, incomprensión o miedo”. En el caso de conseguirlo, explican que, se enfrentan a cambios hormonales o corporales, pensamientos sobre el futuro del feto o la presión de cuidarse y organizar “cada detalle” para garantizar el “mejor” recibimiento. Esta combinación puede “sobrepasar a las mujeres” y más si se suma una falta de apoyo familiar, cambios en el estilo de vida o si el embarazo es no deseado. 

El vínculo con el bebé puede verse afectado por la depresión.     Fuente: Pixabay.

No todo acaba ahí porque, como indican varias investigaciones, alrededor de un 15% de las mujeres que logran ser madres terminan sufriendo depresión posparto. Los psicólogos especializados en la misma hablan de sentimiento de culpa hasta pensamientos suicidas que pueden venir de la alteración hormonal, el “gran cambio de vida y la responsabilidad de cuidados” que supone, complicaciones en el momento del parto o esas dudas de “si se está haciendo bien”. Más tarde, llega la menopausia en la que los niveles de estrógeno “suben y bajan sin control”, los problemas de sueño o el ritmo de vida aceleran la llegada de la depresión. Los profesionales de la salud psicológica insisten en la necesidad de destacar que contar con antecedentes de ansiedad, depresión u otro trastorno dispara las posibilidad de sufrirlo

Las condiciones de vida

Todo va más allá de lo biológico y el sistema patriarcal con el que conviven las mujeres les pone en el punto de mira. El departamento de Mujeres de la Organización de Naciones Unidas (ONU) señala que una de cada tres mujeres sufre violencia de género. A su vez, alertan que si este tipo de maltrato se alarga en el tiempo puede “afectar gravemente a la salud mental de la víctima y terminar por anularla” hasta el punto de sufrir un trastorno de estrés postraumático (TEPT). 

La brecha salarial provoca que las mujeres “tengan mayor riesgo de pobreza” así lo califican desde Amnistía Internacional. Los psicólogos explican que esto provoca en las mujeres sentimientos de incertidumbre por lo que pueda pasar, negatividad o sensación de “falta de control”. Un informe publicado en la revista Science y elaborado por la Universidad de Harvard junto al Instituto de Tecnología de Massachusetts refuerza esta idea y afirma que las personas con ingresos más bajos tienen hasta tres veces más de opciones de sufrir depresión. Además, estas circunstancias económicas dificultan el acceso a la sanidad y en algunos países en vías de desarrollo más del 75% de las personas afectadas por depresión no recibe ningún tratamiento, según indica la OMS. 


Mapa mundial sobre la prevalencia de depresión clínica diagnosticada años atrás. Fuente: Plos Medicine

A nivel cultural, solo hay que echar atrás el tiempo para recordar que durante siglos a las mujeres se les adjudicaba el papel de cuidadoras de la familia. En la mayoría de ocasiones “se descuidaban ellas mismas” y sentían una “gran presión por si no cumplían las expectativas de perfección esperadas por la sociedad”. Los profesionales en salud mental añaden que este hecho puede provocar frustración, baja autoestima, culpabilidad y terminar en estados depresivos. La llegada de la mujer al mundo laboral ha provocado que compaginen el trabajo con las responsabilidades domésticas y “sientan una sobrecarga difícil de llevar”. 

Esta constante actividad propicia que “muchas mujeres tengan depresión de alta funcionalidad” como lo cataloga la psicóloga clínica, Carla Marie Manly. Esta es más difícil de detectar porque se sigue desarrollando la vida “con normalidad”, pues se continúa con el trabajo, ocio o cuidado de familiares. Mientras, un estudio de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) asegura que “el consumo de psicofármacos prescritos es mayor entre las mujeres”. 

Muchos de los casos siguen silenciados por el “estigma social” existente alrededor de la depresión. Algunas mujeres que conviven con esta afección aseguran que han tenido que oír que son unas “histéricas” o “es todo exageración”. El futuro está ahí y la Confederación de Salud Mental de España anota que una de cada cinco mujeres desarrollará depresión a lo largo de su vida. Para frenarlo desde el Ministerio de Salud trabajan en un Plan de Acción de Salud Mental hasta 2024 porque es un “problema que afecta a todos”.

Links de interés:

Salud mental del adolescente por la OMS.  https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/adolescent-mental-health 

Revista In Mujeres sobre salud con perspectiva de género editada por el Instituto de las Mujeres. https://consaludmental.org/centro-documentacion/inmujeres-monografias-feministas-salud-genero/ 

Encuesta Europea de Salud en España elaborada por el Ministerio de Sanidad. https://www.sanidad.gob.es/estadEstudios/estadisticas/EncuestaEuropea/EncuestaEuropea2020/EESE2020_inf_evol_princip_result.pdf