Barrera invisible: Impacto de la responsabilidad del cuidado familiar no remunerado en mujeres y niñas en Barcelona
FOTO PORTADA: Mural “Eso que llaman amor es trabajo no pago” en la ciudad de Buenos Aires, Argentina.
El Fondo Monetario Internacional en 2019 determinó que, en el mundo, las mujeres ganan un 63% menos que los hombres, pero dedican el triple de horas a trabajos no remunerados.
El cuidado familiar no remunerado, o economía del cuidado, es un componente esencial de cualquier sociedad. Implica la atención y el cuidado de niños, personas mayores, enfermas o con discapacidades, así como la realización de tareas domésticas. Sin embargo, esta carga recae desproporcionadamente en las mujeres y las niñas.
La economía del cuidado se basa en el amor, la empatía y la responsabilidad de sostener la vida de los seres queridos, y en la mayoría de los casos, son las madres, las hijas, las hermanas y las abuelas quienes asumen la responsabilidad principal del cuidado en el hogar. Si bien este papel desempeñado por las mujeres es invaluable, su impacto en sus vidas es profundo y multifacético.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) señaló que para 2022 las mujeres trabajarían más de 60 horas semanales, concretamente 63,3 horas, por las 56,5 que, de media, lo hacen los hombres. Sin embargo, cuando distinguimos entre trabajo remunerado y no remunerado, las cifras cambian. Ahí, la media de trabajo de las mujeres casi duplica a la de los hombres: 26,5 horas por 14. Esta desigualdad, en la distribución de las responsabilidades de cuidado, limita su acceso a la educación y al desarrollo profesional, obstaculiza su disfrute del tiempo de ocio, reduce su participación en la vida política y contribuye a la perpetuación de la brecha de género en el ámbito laboral. En un mundo donde se lucha por la igualdad de género y la eliminación de barreras que impiden que las mujeres alcancen su pleno potencial, la economía del cuidado representa una barrera invisible pero poderosa.
Barreras en el acceso a la educación para las mujeres jóvenes.
Uno de los impactos más notables de la responsabilidad del cuidado no remunerado en las mujeres y las niñas se refleja en su educación formal. Las niñas a menudo se ven obligadas a asumir roles de cuidado en el hogar desde temprana edad, lo que puede interferir con su asistencia a la escuela y su rendimiento académico. La necesidad de cuidar a hermanos más jóvenes o atender a familiares enfermos puede llevar a ausencias frecuentes y disminución de la concentración en el aula. Esta interrupción en la educación puede resultar en tasas más altas de abandono escolar entre las niñas en comparación con los niños.
Además, las adolescentes también pueden verse forzadas a abandonar la escuela debido a embarazos no planificados, lo que, a su vez, aumenta la carga de cuidado en su rol como madres jóvenes. Esto crea un ciclo de desventaja que puede perpetuarse a lo largo de las generaciones. La falta de educación formal limita sus perspectivas de empleo y reduce sus oportunidades de independencia económica.
La influencia de la economía del cuidado no se detiene en la educación primaria y secundaria; también se extiende a la educación superior. Las mujeres y las niñas que han asumido una carga desproporcionada de cuidado familiar a menudo enfrentan desafíos significativos para acceder a la educación superior. La falta de tiempo, recursos y apoyo puede hacer que la obtención de un título universitario sea una meta inalcanzable.
A pesar de los avances en la igualdad de género en la educación superior, las cifras aún reflejan disparidades notables. Las mujeres continúan siendo subrepresentadas en campos de estudio como la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, en parte debido a las barreras que surgen de las responsabilidades de cuidado no compartido. Así lo demuestra el más reciente informe del INE, donde siguen siendo las disciplinas de salud y bienestar las áreas más estudiadas por las mujeres, sectores que no están asociados a altos porcentajes de remuneración.
Mujeres graduadas en educación superior. España 2021
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Un escenario similar enfrentan las mujeres jóvenes en el momento de acceder a programas de capacitación y desarrollo que podrían mejorar sus oportunidades laborales. Muchas mujeres jóvenes en España se ven excluidas de oportunidades de capacitación y programas de desarrollo profesional debido a la falta de tiempo y recursos, ya que deben equilibrar sus responsabilidades de cuidado con sus aspiraciones de carrera.
Dada la complejidad de esta situación, resulta esencial adoptar un enfoque integral y completo para llevar a cabo una mirada adecuada de la realidad que afrontan las mujeres jóvenes en España en relación con la carga de cuidados. Abigael, mujer joven becada por la Associacio Rosa Peris, hace una invitación a incorporar la perspectiva interseccional para ampliar la comprensión de las barreras que nacen en el desequilibrio de responsabilidades del cuidado, ya que, las mujeres de diferentes orígenes étnicos y raciales pueden experimentar desafíos adicionales en términos de acceso a la educación y finalización de la educación formal. La discriminación racial y étnica en las instituciones educativas crea obstáculos significativos a nivel de salud mental, sentido de pertenencia y del proceso educativo en sí mismo. En ese mismo sentido, las mujeres de familias de bajos ingresos pueden verse aún más afectadas por la economía del cuidado. La falta de recursos y acceso a servicios de cuidado infantil asequibles puede hacer que sea aún más difícil equilibrar las responsabilidades de cuidado con la educación. La intersección de género y clase puede resultar en un mayor abandono escolar y limitaciones en las oportunidades educativas y, a futuro, laborales.
Es importante considerar la perspectiva interseccional en el análisis de la economía del cuidado, ya que permite identificar cómo las desigualdades se multiplican y afectan de manera diferencial a las mujeres y las niñas. La discriminación racial, la orientación sexual y la clase social se entrelazan con el género, creando una red compleja de desafíos que deben abordarse a través de políticas y medidas que reconozcan y atiendan estas intersecciones. La igualdad de género no puede lograrse sin abordar simultáneamente estas dimensiones de la identidad.
En conclusión, observar la desigualdad generada por el desequilibrio en el reparto de las responsabilidades de cuidado requiere un enfoque interseccional, pero además es indispensable que, desde el Estado y la sociedad, puedan consolidarse estrategias y políticas que vayan encaminadas a incluir programas de licencia parental, medidas de conciliación laboral, educación y sensibilización, así como un cambio en la división del trabajo doméstico.
Edna Patricia Mosquera
Links de interés:
Revolución en punto cero Trabajo doméstico, reproducción y luchas feministas. Silvia Federici https://traficantes.net/sites/default/files/pdfs/Revolucion%20en%20punto%20cero-TdS.pdf
Economía feminista y economía del cuidado. Aportes conceptuales para el estudio de la desigualdad. Corina Rodríguez Enríquez https://nuso.org/articulo/economia-feminista-y-economia-del-cuidado-aportes-conceptuales-para-el-estudio-de-la-desigualdad/
Mujeres graduadas en educación superior. Instituto Nacional de Estadística. https://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259925481157&p=%5C&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout¶m1=PYSDetalle¶m3=1259924822888#:~:text=El%20porcentaje%20de%20mujeres%20graduadas%20en%20cada%20campo%20de%20estudio,al%20total%20de%20alumnos%20graduados.&text=El%20porcentaje%20de%20mujeres%20graduadas%20en%20educaci%C3%B3n%20superior%20en%202021,hombres%20un%2045%2C8%25.
El Día Internacional de los Cuidados. ONU. https://lac.unwomen.org/es/stories/noticia/2023/10/el-dia-internacional-de-los-cuidados
Informe Fondo Monetario Internacional. Las mujeres y el crecimiento económico. https://www.imf.org/external/pubs/ft/fandd/spa/2019/03/pdf/fd0319s.pdf
Artículo Fundación la Caixa. ¿Cuánto vale el trabajo doméstico en España? https://elobservatoriosocial.fundacionlacaixa.org/-/%C2%BFcu%C3%A1nto-vale-el-trabajo-dom%C3%A9stico-en-espa%C3%B1a-